(Resumen
del segundo capítulo: Raquel hace la entrevista a Manuel. Él muestra
sus dotes de seductor y la piropea. Ella está confusa y, además, aparece
la novia del actor en escena).
Tras
una entrevista que creo que ha salido chula, aunque para chula ya estoy
yo, me despido a toda prisa sin darle mi teléfono y me escapo como alma
que lleva el diablo.
Por suerte, entre el periodista que esperaba su turno y la bien peiná de su agente lo frenan y no puede salir detrás de mí.
Con
decisión me encamino hacia la redacción. Tengo que trabajar. Voy
pillada de tiempo. Nada más verme mi amiga Loli, que es jefa de
redacción, me cede una salita, me da un sándwich para que me lo coma y
me pongo a escribir la entrevista. La voz de Manuel sale de mi grabadora
e inconscientemente el vello de mi cuerpo se me pone de punta.
¡Qué voz! ¡Qué voz tiene el puñetero!
Una
vez termino el trabajo, se lo paso a Loli, ¡Mi gran Loli!. Esa amiga
que conoces en la universidad, que estudia lo mismo que tú y que nunca
se olvida de ti ¡Esa es mi Loli!
Con una sonrisa lo lee y, una vez lo acaba, me mira y pregunta.
-¿Es tan impresionante al natural como en pantalla?
Sonrío. Y quitándole hierro al asunto, pues no he dicho que era mi vecino, respondo.
-Es agradable y no te voy a negar que es un guaperas.
Loli vuelve a sonreír y, alejándose con mí con la entrevista en la mano, dice.
-Pásate por la tercera planta. Alguien quiere proponerte algo.
Rápidamente
recojo mi maxibolso y me encamino a la tercera. Allí me encuentro con
Pedro, un fotógrafo que me propone cubrir con él un evento esa noche.
Rápidamente acepto. El trabajo es el trabajo y quedo con él en la Puerta
del metro de Callao a las siete. El evento comienza a las nueve en una
discoteca cercana y queremos pillar buen sitio para realizar nuestro
trabajo.
Una vez salgo de la redacción, me voy a casa. Quiero ducharme y cambiarme de ropa.
Al
entrar en mi pequeño apartamento, quien sale a recibirme es mi perro
Flash. Un cruce de callejero con callejero en color blanco, que como
siempre me hace uno de sus exagerados recibimientos ¡Cuánto me quiere mi
pequeño!
Una vez
consigo que Flash se relaje, decido darme un bañito en vez de ducharme.
Tengo tiempo. Rápidamente pongo la bañera a llenar, mientras saco a
Flash a la calle. El pobre tiene que hacer sus necesidades.
Cuando
regreso, me quito la ropa y dejo el móvil sobre la cama. Entro en el
baño, echo sales de baño y sonrió al ver que ya está casi llena.
Enciendo la radio y rápidamente la voz de Meghan Trainor y Charlie Puth aparecen cantando 'Marvin Gaye', ¡qué linda canción!
Con la bañera llena, cierro el grifo y me meto en ella.
-¡Oh Dios… oh Dios qué placerrrrrrrrrrrrrr!
Apoyo
la cabeza en el borde y comienzo a tararear la canción, cuando de
pronto sin esperarlo Manu aparece en mi mente. Sonrío mientras con una
deliciosa pereza mis manos húmedas tocan mi vientre y lenta muy
lentamente mis piernas se separan y mis manos bajan hacia mi sexo.
-¡Ummm!
Con
los labios entreabiertos dejo escapar un pequeño gemido, cuando mi dedo
corazón toca mi mojado clítoris y con movimientos lentos y circulares
comienzo a darme placer, mientras siento como mis caderas serpentean y
mi imaginación vuela libre como el viento.
Pensar
en Manuel me calienta, me calienta hasta el alma, mientras recuerdo sus
ojos, su voz, su peligrosa sonrisa y continúo con mi particular
fantasía imaginando que es su dedo quien toca mi increíble botón del
placer.
-Sí Manu… sigue… lo haces muy bien… no pares.
Reconozco que a partir de ese instante me olvido del mundo. Me centro en mi propósito y disfruto.
No
sé cuánto tiempo dura mi morboso juego. Solo sé que cuando tiemblo y
llego al clímax el momento es como poco colosal y el agua está congelada
¿pero cuánto tiempo he fantaseado?
Congelada me levanto y con una sonrisa de oreja a oreja me doy una ducha.
¡Viva la imaginación!
Una vez salgo de la ducha, me pongo el albornoz y mirándome en el espejo murmuro divertida.
-Estás muy… muy loca.
En
ese instante escucho sonar mi móvil que está sobre mi cama. Su sonido
me hace saber que he recibido un mensaje. Descalza, camino hasta mi cama
y al coger el móvil y abrir el mensaje la mandíbula se me cae al suelo
al leer:
"Eres una buena escapista, pero ya te tengo".
Rápidamente sé quién lo envía.
¿Pero cómo me ha localizado? Y antes de que pueda pensar recibo otro mensaje que dice.
"Por cierto, tu madre sigue tan encantadora como siempre".
Incrédula cierro la boca.
Ese sinvergüenza ¿ha llamado a mi madre para conseguir mi teléfono?
…Continuará
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