Cuando Sara sorprendió a su novio en la cama con su prima, se sintió traicionada por partida doble. Milagrosamente, su jefe, Alex Rossini, estaba allí para ayudarla a sobreponerse, aunque Sara nunca había visto a Alex hacer algo sin esperar nada a cambio.
Sara empezó a desearlo, tanto que se hubiera entregado a él sin ninguna clase de ataduras por medio. Pero, para ganarse a Alex, no tuvo más remedio.
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