Tuvieron un encuentro inolvidable y después Ciara Caldwell desapareció en la oscuridad sin dejar ninguna pista que Bryce Ashland pudiera seguir.
Aunque todavía recordaba el rostro de aquella misteriosa dama, Bryce ya no tenía tiempo para ninguna mujer, excepto su niña, Carolina.
Así que cuando Ciara apareció en el umbral de su puerta para trabajar de niñera, el corazón endurecido del viudo volvió a latir con fuerza. Era la madre que había soñado para Carolina, pero su lado maternal no era todo lo que deseaba de ella. Se moría por compartir su cama una y otra vez. ¿Arriesgaría su alma para poder ganar la felicidad?
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