Hacía mucho calor a pesar de la nieve…
Briana Harper, fotógrafa de bodas, no esperaba encontrarse con su exnovio en una sesión de fotos. Y cuando una tormenta de nieve los dejó aislados en una remota cabaña en la montaña, supo que estaba metida en un buen lío. No había olvidado a Ian Lawson, pero ninguna de las razones por las que habían roto había cambiado. Ian seguía siendo adicto al trabajo y, además, estaba a punto de casarse.
Ian era un hombre que sabía lo que quería. Y lo que quería era a Briana. Sin embargo, el magnate de la industria musical iba a tener dificultades para demostrar algunas cosas.
Tenía treinta días para demostrarle que era el marido perfecto.
Amelia y Tyler, amigos íntimos, se habían casado en Las Vegas por capricho. Pero antes de que pudieran divorciarse, ella le confesó que estaba embarazada, por lo que Tyler no estaba dispuesto a consentir que cada uno siguiera su camino.
Amelia siempre había soñado con un matrimonio perfecto y no creía que aquel millonario fuera el hombre de su vida, a pesar de la amistad que los unía. Sin embargo, le dio un mes para que le demostrara que estaba equivocada.
¿Qué pasa cuando una falsa novia se vuelve verdadera?
Tenía que ser la novia del soltero Julian Cooper. Habría mujeres que se emocionaron y se pidieron, pero no Gretchen McAlister. Su trabajo consistía en organizar bodas, no en la novia del padrino, pero después de la ruptura de Julian con su última y famosa novia, salir con Gretchen, una chica normal, era una perfecta estrategia publicitaria.
Julián estaba en contra del plan hasta que conocí a Gretchen. Hermosa verdad, incluso después de su cambio de aspecto.
¿Conducir un largo y apasionado a la novia hasta el altar?
Natalie Sharpe, organizadora de bodas, nunca se pronuncia el «sí, quiero». Su lado cínico no creía en el amor, pero su lado femenino creía en el amor. Cuando es una boda organizada en el último momento, se reencontró con el hermano de la novia, que ha sido su amor de adolescente y el protagonista de todas sus fantasías, es posible tener una segunda oportunidad de pasarse entre ellos.
Colin Russell ya no era un adolescente, ni un hombre, ni un hombre, ni un hombre, ni una mujer ni una niña ni una mujer ni una mujer.
Me encanta leer novelas románticas, porque hace volar la imaginación y me sumerjo en la historia...
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