Cuando Joanne conoció a Nico, el hijo de tres años de su difunta prima, el corazón se le derritió. También le dio un vuelco al volver a ver al padre del pequeño; la atracción entre Franco y ella seguía siendo tan fuerte como siempre.
Cuando Franco se casó con su prima, Joanne se apartó discretamente y mantuvo su amor por él en secreto. Pero Franco en ese momento le pedía que se quedara, aunque sólo fuera por el bienestar de Nico. Sin embargo, necesitaba creer que el deseo que sentía por ella no se debía a que se pareciera a su prima, sino porque la quería por sí misma…
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