Se casarían con las normas que él imponía...
El aristócrata español Antonio Rocha veía a Sophie Cunningham como una simple fulana: llevaba un tatuaje y tenía a su sobrina huérfana en una caravana. Sin embargo, aunque Sophie no hablaba ni se comportaba como una dama, sí parecía sentir verdadero amor por los niños y la familia. Y, en contra de sus suposiciones, era virgen. Antonio no tardó en sentirse inexplicablemente atraído hacia Sophie y supo que tendría que rendirse a la tentación para poder quitársela de la cabeza...
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