(Resumen
del octavo capítulo: Cuando Raquel decide salir a cenar y tomar unas
copas no podía ni imaginar a quién se iba a encontrar acompañado esa
noche. Sí, Manu estaba cenando con "otra" y sus amigos fotógrafos ven
una oportunidad para sacar tajada a ese encuentro. Raquel lo impide y
Manu se queda tremendamente agradecido).
¡Vacaciones!
En Semana Santa me encanta escaparme unos días donde sea.
Por
suerte, mi amiga Gloria tiene una maravillosa casita en una aldea de
Teruel, que todo sea dicho no recuerdo el nombre, pero donde siempre que
voy desconecto de todo porque no hay internet y no funcionan los
móviles.
Tras lo
ocurrido con Manu en la discoteca y la consiguiente bronca de mis amigos
periodistas me siento fatal. Les he chafado unas fotos que con
seguridad les iba a dar unos eurillos extras y estoy convencida de que
Nico no vuelve a dirigirme la palabra en su vida.
Cuando
llegamos a la aldea de apenas 35 habitantes, los lugareños, todos
abueletes salen a sus puertas para ojear. Sin duda somos la atracción
del día y cuando Gloria para el coche y bajamos de él, me mira y dice.
- Antes de nada, tengo que decirte algo.
- Un segundo.
- Pero…
Le hago una señal. Flash necesita salir del vehículo.
Rápidamente
abro el portón trasero y la cabra loca de mi perro salta por encima de
las mochilas y se va directo hacia unas vacas que hay al fondo y las
comienza a ladrar. Mear, no sé si meará, pero ladrar a las vacas ¡eso se
le da de lujo!
Sonriendo estoy cuando oigo el ruido de un motor y Gloria mirándome dice en un hilo de voz.
- Eso es lo que te quería decir.
El sol me deslumbra y poniéndome las manos en la frente, veo que se acerca una moto y cuchicheo.
- No me digas que te has traído un ligue de vacaciones.
La
cara de Gloria es un poema, cuando de pronto aquel motorista hace un
movimiento con el cuello que a mí me suena y bajando la voz siseo.
- No me digas que es quién creo que es porque te juro que…
Gloria me coge de la mano.
-
No me mates. Pero me buscó en el hospital, me hizo sentir la enfermera
más popular por tener su amistad y me pidió que por favor le dijera
donde ibas a estar en Semana Santa porque te quería ver y agradecer el…
- Gloria ¡te mato!
- Mátame. Lo entenderé —afirma la muy víctima.
Su cara de pena me puede.
Pobre
Gloria. Me la imagino en el hospital siendo la más popular entre las
enfermeras por ser amiga de Manu Beltrán. Maldito liante.
La moto se acerca… se acerca… y yo petrificada lo observo.
Pero vamos a ver ¿Qué es lo que quiere de mí la estrellita?
La moto llega hasta nosotros y se para, momento en el que Manu se quita el casco y joder… joderrrr.
El
dios que hay en él, emerge como en los anuncios de champús, cuando su
pelo, su precioso pelo, se mueve mecido por el viento y mirándome con su
increíble sonrisa saluda.
- Hola chicas.
Por
suerte no babeo. A eso no he llegado, pero me pongo nerviosa. Muy
nerviosa. Aún recuerdo lo que dejamos a medias en mi casa y el estómago
se me encoge.
¡Seré tonta!
Flash alertado por el ruido se acerca a nosotros, estoy por decirle aquello de ¡Alerta y ataca! cuando Manu mirándome dice.
- Sujeta a la fiera.
Miro
a Flash, el pobre tiene la boca cerrada con media lengua fuera. Más
cara de tonto no puede tener y Gloria consciente de la que ha liado, lo
agarra del collar y dice.
- Voy abriendo la casa y me llevo a Flash.
Una vez aquella se va, Manu se baja de la moto, deja el casco sobre el sillín de cuero negro y mirándome dice.
- Oye sé que…
- Lo que no sé es qué narices haces tú aquí —lo cortó—. Son mis vacaciones y…
Siento que me pone su mano en la boca ¿a que se la muerdo?
-
He venido a darte las gracias por lo que hiciste por mí el otro día en
la discoteca. Te he llamado pero como no me lo has cogido yo…
Me zafo de su mano. Asiento y con mi sonrisa más falsa respondo.
- Aceptadas y ahora, móntate en la moto y ¡adiós!
Manu sonríe. Uy… Uy… miedito me da su sonrisa y dándose la vuelta, abre un maletín de la moto y sacando una mochila dice.
- No seas antipática. Yo también necesito desconectar de todo y Gloria me ha invitado a pasar estos días con vosotras.
¡Virgencita…virgencita que creo que me va a dar un ataque!
Como una hidra me doy la vuelta para llamar a Gloria cuando Manu susurra en mi oído.
-
No la mates a ella, mátame a mí. Reconozco que la he utilizado para
poder llegar a ti. Porque lo creas o no, nada me apetece más que estar
cuatro días, con la chica más gruñona y bonita del planeta.
Escuchar
eso me hace mirarlo. Madre mía cómo me pone que me diga esas cosas y
cuando voy a decirle de todo menos bonito, me guiña un ojo y murmura.
- Raquel… somos amigos.
Maldigo. Maldigo a San Pito Pato, pero de pronto sonrío.
Si este quiere quedarse ¡que se quede!
Y
dispuesta a no matar a mi pobre Gloria, que conociéndola no duerme en
una semana, de nuevo con mi sonrisa más falsa, paso mi mano por el brazo
de aquel y agarrándolo afirmo.
- Pues no se hable más, amigo. Bienvenido.
Manu sonríe, yo también. Sin duda este no sabe los cuatro días que le esperan.
…Continuará
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