El jeque Tair vivía según las estrictas reglas del desierto.
Cuando descubrió que Tally había infringido una de esas normas sagradas,
poniendo en peligro a su gente, Tair se vio obligado a actuar...
Tally se había convertido en una especie de esclava, pero su
instinto le decía que escapara... aunque cada vez que lo intentaba, el desierto
se lo impedía. Y, con cada acto de desobediencia, Tair se volvía más y más
firme.
Como dirigente, debía domarla. Como hombre, la deseaba con
todas sus fuerzas...
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