Reclinate y abre tus piernas para mi...
Ser doctor en Nueva York nunca ha sido fácil. Especialmente para alguien como yo, que tiene un consultorio privado y un equipo incompetente que insiste en dejarme para reemplazarlos.
En los últimos seis meses, he realizado un papanicolau, tres "exámenes de mamas" y entre al quirófano en varias cirugias reconstructivas. (Esto seria aceptable si todavía estuviera interesado en medicina general, pero no lo estoy. Se supone que sea un maldito psicólogo...)
Cuando mi equipo finalmente recobró el sentido y decidió traer a alguien más competente al consultorio el mes pasado me entusiasmé.
Hasta que me di cuenta de que nuestro nuevo "doctor" era nada más y nada menos que la mujer con la que se suponía me encontraría para cenar hace dos semanas. LA misma mujer que me plantó con nada mas que un "ya no puedo encontrarme contigo, lo siento", después de que acordamos pasar nuestras charlas en linea a la realidad.
No he olvidado ninguna de las fantasías indecentes de las que me habló y nunca eliminé nuestros mensajes sucios. Y si piensa que voy a actuar como un "profesional" y pretender que esa mierda nunca pasó, le espera otra cosa...
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