- Buttons and Lace (Buttons #1)
Tengo una deuda con él.
Una gran deuda.
Se puede pagar con dinero o con favores.
Él sólo quiere una cosa.
A mí.
Toda acción obtiene una recompensa. Un botón. Cuando consiga llenar su frasco con trescientos sesenta y cinco botones, me dejará marchar. Dejará que me vaya.
Pero tengo que ganarme todos y cada uno de ellos.
- Buttons and Hate (Buttons #2)
Me estoy dejando la piel para conseguir botones.
Pero también los estoy entregando.
Cuanto más me enamoro de Crow, más deseo que haga las cosas que yo quiero. Cenas, citas y noches en la playa.
Todo tiene un precio, y la reserva de botones que tanto me he esforzado por conseguir disminuye con rapidez.
¿Se prolongará para siempre este tira y afloja? ¿O alguien se quedará sin botones antes?
- Buttons and Pain (Buttons #3)
Cuando vi mi escape, lo tomé. Ahora estoy en la ciudad de Nueva York e intento volver a encarrilar mi vida. A pesar del rastreador en mi tobillo, Crow no ha venido a buscarme. Él ni siquiera me ha llamado. Le conté la profundidad de mis sentimientos, pero él los rechazó cruelmente.
Tal vez se ha olvidado de mí.
Un día, entro en mi apartamento y veo la pila de botones en el mostrador. Nunca los dejé allí, y solo hay una explicación para su presencia.
Quizás Crow no me haya olvidado después de todo.
- Buttons and Shame (Buttons #4)
Tristán es uno de mis mejores clientes. Siempre paga a tiempo, y siempre cumple su palabra.
Pero esta vez, anda corto de efectivo.
Necesita el envío ya, así que me ofrece un aval.
Me presta a su esclava.
Adelina.
Ahora que Pearl y yo somos tan amigos, no puedo aceptar este tipo de intercambio. Está mal.
Es inhumano.
Pero ella me desea. Me doy cuenta.
Y yo desde luego la deseo a ella.
- Buttons and Blame (Buttons #5)
Se supone que se la tengo que devolver a Tristan para cerrar el trato.
Pero ahora, temo el día en que tenga que llevársela.
¿Podré hacerlo de verdad?
Esta mujer no debería importarme. Nadie debería importarme, en realidad.
Pero Bellissima me importa.
- Buttons and Grace (Buttons #6)
He iniciado una guerra entre clanes.
Me he granjeado un enemigo formidable.
Por una sola mujer.
Fue una estupidez de decisión, pero no me arrepiento de nada.
Porque Bellissima es mía por fin.
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