Harrison MacMurray, agente de un peculiar
departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos
matemáticos y dos militares retirados y la primera pista fiable que
encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista,
el niño mimado del Capitolio, Benedict Holmes.
Victoria se casó con Benedict porque
compartían el mismo sueño: cambiar las leyes para que sirvieran de
verdad a quien las necesitaba y no solo a quien podía pagarlas, pero Ben
ahora es distinto y ella ya no se siente feliz con su vida. Hasta que
una mañana conoce a Harry, el analista informático que han contratado
para la campaña de reelección de su marido.
Harry tiene que averiguar cuanto antes si
Benedict Holmes es un traidor, no pensar en Victoria, en lo increíbles
que son sus ojos, en lo excitantes que resultan todos y cada uno de los
segundos que pasa con ella. Debe ir con cuidado, un mero error podría
ser mortal para los dos. Y tiene que encontrar el modo de contarle la
verdad a Victoria antes de que sea demasiado tarde. O tal vez ya lo sea…
Porque el amor es lo más peligroso que puede sucederles.
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