FUERA DE JUEGO
Con apenas dieciocho
años, Pam sobrevivió a un infierno y empezó de cero lejos de casa.
Entonces se prometió que sería fuerte y los tatuajes que lleva le
recuerdan que es una luchadora y que no necesita a nadie. Su trabajo
como fotógrafa y cámara le permite viajar por el mundo y se especializa
en rodar documentales, cuanto más peligrosos mejor. Pero el último casi
acaba con su vida y ahora, para evitar que la despidan, tiene que rodar
un maldito documental en Cerdeña con el National Geographic. Pam se lo
toma con resignación, como unas vacaciones forzosas, hasta que se
tropieza con Ben y siente que nada de lo que ha hecho o sentido hasta
ahora la ha preparado para un hombre como él.
Ben estudió la carrera perfecta, se enamoró y
se casó con la mujer perfecta y tenía el trabajo perfecto. Hasta que
estuvo a punto de ser acusado de traición. Ahora Ben acaba de
divorciarse y ha dimitido. No tiene nada ni a nadie, y necesita
desaparecer para poder pensar y recordar quién es de verdad. Cuando
tenía veinte años pasó un verano en Cerdeña y, en un impulso, compra un
billete para la isla. Una vez allí, Ben se da cuenta de que lleva años
viviendo sin respirar, sin sentir, sin emocionarse y decide hacer todo
lo que sea necesario para remediarlo. Pero en sus planes no entra para
nada sentirse atraído por una mujer completamente opuesta a él, una
mujer cuya mirada contiende demasiados secretos y a la que él, sin
saberlo, lleva toda la vida esperando.
Hay personajes secundarios que se merecen su propia y gran historia de amor. Si conociste a Pam y a Ben en Las reglas del juego y Donde empieza todo, ahora te enamorarás de ellos en Fuera de juego.
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