(Resumen
del capítulo sexto: Tras la llegada sorpresa de Manu a casa de Raquel,
ésta le deja subir y pasa lo que todas estábamos esperando. Tras una
tórrida sesión de besos y cuando la cosa empezaba a estar más
interesante que nunca, Flash rompe el apasionado momento mordiendo a
Manu en el culo...)
Manu no me mira.
Está
enfadado por el mordisco que el puñetero de mi perro Flash le ha dado
en el trasero y ni me habla. ¿Pero qué culpa tengo yo?
Con penita lo miro. El pobre. Tan guapo… tan alto… pero tan ¡quejica!
Porque
oye… el tío es muy guapo, muy alto, pero hombre… no hace más que
mirarse su bonito culo en el espejo sin parar de decir aquello de
"joder… joder…"
De pronto suena el portero automático de la puerta. Manu y yo nos miramos e intentando insuflarle positividad murmuro:
Manu asiente. Sigue sin hablar y yo salgo de la habitación.
- Ahora vuelvo.
Cuando cierro la puerta respiro. ¡Qué tensión!
Corro
y en mi camino me cruzo con Flash que me mira con ojitos. No digo nada.
Mejor no, y doy al pulsador para que la puerta del portal se abra. Ya
hablaré con Flash.
Me acaloro.
Ahora tengo que explicarle a Gloria a quien tengo en la habitación sin que se desmaye.
Abro la puerta de mi casa y del ascensor sale mi amiga que me mira y sin levantar la voz cuchichea.
-
Más te vale que un glaciar se esté descongelando en tu salón o que la
capa de ozono entre por la ventana de tu casa porque estaba teniendo una
cita increíble con un tío que…
Le tapo la boca con la mano. Necesito que se calle. Y mirándola digo bajando la voz tras cerrar la puerta de mi casa.
-
Lo que vas a ver a continuación, sé que te va a sorprender más que si
un glaciar se descongela en mi salón y necesito que me ayudes. Pero que
me ayudes y me guardes el secreto.
Gloria se echa hacia atrás, me mira y en murmullos pregunta.
- ¿No habrás matado a alguien y me buscas para crear una coartada?
- Nooooooo.
Mi amiga mira a Flash que la está saludando y agachándose dice.
- Cómo está mi cucurucucu…tutulucu…Muturutu.
Flash,
el de ¡ataca y muerde!, se espanzurra en el suelo al escucharla. Adora a
Gloria y yo cogiéndola del brazo para que se levante insisto.
- Gloria, prométeme que lo que vas a ver aquí no se lo vas a contar a nadie.
-
Pero Dios mío -se mofa aquella mirándome-. Me estás asustando. Ni que
Gerald Butler estuviera desnudo esperándonos dispuesto a hacer un trío
en tu habitación.
La miro. Me mira.
Mi cara es un poema y esta sonriendo abre la boca y grita.
- ¡No me digas que es Gerald Butler!
Voy a decir algo cuando la puerta se abre de par en par y Manu con toda su mala leche nos mira y sisea.
- No soy Gerald Butler pero te agradecería que vinieras y me curaras para poder marcharme.
Dicho esto cierra la puerta y Gloria que se ha quedado patidifusa no ¡lo siguiente!, se apoya en la pared y murmura.
- Creo que las setas que he comido en la cena eran alucinógenas.
Niego con la cabeza. No alucina. Y mirándome insiste.
- Ese es…
- Sí…
- Ese… Ese…es…
- Sí.
Gloria se da aire. Yo también y cuando me mira pregunta.
- ¿Qué hace aquí? ¿Qué ha pasado?
Sin
perder tiempo le explico lo ocurrido y sin poder remediarlo comenzamos a
reír. Nos tapamos la boca para que aquel no nos escuche cuando de
pronto la puerta se abre y Manu gruñe.
—Por el amor de dios ¡me estoy desangrando! Queréis dejar de reíros de mí.
Gloria me mira. Yo la miro. La risa se nos corta.
El susto o ¡yo qué sé! Se instala en su mirada y agarrándola del brazo digo.
—Tienes que ayudarnos.
Más acojonada no la he visto en su vida a mi pobre Gloria.
Entramos
en la habitación, Manu furioso y sin hablar se da la vuelta, se quita
la toalla para enseñarle en trasero y Gloria se sienta en la cama en
shock. La miro. Me mira y cuando siento que se va a desmayar murmuró.
—Ni se te ocurra.
Dándole aire, consigo que Gloria le cure la herida.
Por
suerte no es grave. Le pone una vacuna y le da un par de puntitos con
delicadeza y mimo, mientras Manu resopla y sigue con aquello de… ¡joder…
joder!
Una vez termina, Manu sin mirarnos se mete en el baño y Gloria que creo que sigue en coma, me mira y murmura.
—Dios… le he tocado el culo a Manu Beltran.
—Ya te digo. Precioso culo —afirmo.
—Le he cosido el trasero a Manu Beltran —insiste en shock.
Vale…
entiendo que aquello le ha impresionado pero mirándola voy a decir
algo, cuando el tan nombrado sale del baño ya vestido, y mirándonos
dice.
—Lo ocurrido no puede salir de aquí.
Asiento. Lo prometo ¡claro que lo prometo! y mirando a Gloria que lo mira con la boca abierta, le doy un codazo y esta afirma.
—Tranquilo, nadie sabrá que te he visto y cosido tu duro trasero.
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Manu maldice y justo cuando Flash se asoma por la puerta, este me mira y sisea.
—Sujeta a ese asesino. Voy a salir de una santa vez de aquí.
Llamo
a Flash. Este con su cara de bonachón se acerca a mi. Lo agarro del
collar y el divo entre los divos de Manuel Beltran, sale de mi
habitación y de mi casa sin decir adiós, ni mirar atrás, mientras Gloria
se mira las manos y murmura.
—He tocado a Manu Beltran.
Resoplo. Maldigo y pienso que la noche no ha podido ir peor.
…Continuará
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