El infierno no tiene tal furia... Para Tarn Desmond la
familia lo era todo. Así que cuando Caspar Brandon, un poderoso magnate,
destrozó a su adorable hermana, Tarn decidió que ese playboy debía pagar por
ello. Caz se sintió intrigado por la belleza de la chica nueva de su oficina...
Nunca lo habían rechazado y eso intensificó el deseo que sentía por ella. A
medida que el engaño de Tarn avanzó, su determinación se debilitó ante la
insistente provocación sensual de Caz. Ella no había contado con que la
venganza pudiera costarle un precio tan alto: su corazón... ¡y su cuerpo!
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