El jeque Khaled Al-Ateeq le había garantizado a Sapphire Clemenger que haría realidad su sueño: diseñar el vestido de novia de la mujer que él eligiese para casarse...
Pero el trato no era tan sencillo como parecía. Sapphy debía acompañar al guapísimo príncipe a su exótico palacio en el desierto, pero allí él le prohibió conocer a su futura esposa. Fue entonces cuando Sapphy comenzó a dudar que realmente existiese esa mujer... Sobre todo cuando descubrió que las medidas para el vestido de novia eran las suyas.
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