Ambos ocultaban su verdadera personalidad…
Jen Summers se había quedado al cargo de una empresa de
relaciones públicas durante dos semanas. No parecía muy difícil… ¡hasta que un
guapísimo desconocido llegó a la oficina con la pequeña sobrina de Jen! Jen no
tenía ni idea de cómo alternar su nuevo trabajo con ser una madre temporal… así
que decidió pedirle ayuda al apuesto desconocido.
Harry Ryder estaba acostumbrado a llevarse a las mujeres a
la cama, no a ayudarlas con niños pequeños. Pero Jen era tan tímida y delicada
que Harry no pudo resistirse. Y cuanto más insistía Jen en que eran
incompatibles, más seguro estaba él de que ya no quería seguir siendo un
playboy… ¡Quería una esposa!
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